lunes, 26 de noviembre de 2012

Lunes


Los lunes no me gustan. Supongo que como al resto de los humanos, pero yo quería dejarlo claro. No me gustan. Y no me gustan por muchas razones.

Cuando eres trabajador (una de esas personas afortunadas con una nómina a fin de mes) el lunes es indicativo del fin de dos días muy valorados y poco aprovechados -comúnmente llamado fin de semana-, así como del inicio de cinco laaaaargos días laborables y casi siempre también poco aprovechados.

Sin embargo, cuando no eres trabajador (es decir, desempleado, parado, asiduo a las colas del Servicio Público de Empleo, …) el lunes es indicativo de otra semana de desesperación, siete días repletos de cambios de humor, de esperanza, de desilusión, de espera agónica por una llamada telefónica o un email que puede cambiar el rumbo de tu vida, de interminables horas buscando y rebuscando cualquier periódico, página web de empleo o boletín en el cual salga publicada una oferta de trabajo que encaje con tus características personales y profesionales. Siete días que poco se diferencian entre sí, y cuando lo hacen es porque algo bueno o malo le sucede a las personas que te rodean. Esas personas que se desesperan tanto o más que tú mismo por esta situación que parece no tener fin.

Dicen que hay una luz al final del túnel. Yo digo que esa luz se ha fundido.

Hoy, último lunes de Noviembre, me despido deseando que un día no muy lejano llegue un electricista que cambie esa bombilla.




Pinkisses de Be.


@nubladoperorosa

No hay comentarios:

Publicar un comentario